Seguro que muchos «machos» piensan que mear sentado es cosa de mujeres. Nada más lejos de la realidad.

Desde hace años, cuando voy al baño a mear, lo hago sentado. Al principio fue una cuestión de vagería, por la mañana cuando me levantaba para ir al instituto a horas intempestivas, medio dormido y en ocasiones con una erección de libro, lo más cómodo era sentarse y no tener que molestarse en apuntar. Poco a poco la costumbre se fue haciendo norma y hoy por hoy creo que es una buena decisión.
Son muchas las ventajas de mear sentado, pero la principal creo que es la higiene. En el váter de mi casa no verás la taza salpicada de manchas amarillas ni gotas en el suelo, mi mujer lo agradece y no por que sea ella la que lo limpia, ya que esas tareas las compartimos (cuando no lo hace la señora que tenemos contratada), sino porque puede usarlo con toda tranquilidad.
Documentándome para escribir esta entrada he comprobado que los japoneses prefieren hacerlo de esta manera y en Alemania y algunos paises nórdicos hacen esfuerzos por cambiar esta molesta costumbre. También he descubierto que a partir de los 40 el chorro que sale de la chorra del macho pierde fuerza y comienza a ramificarse por lo que el estropicio es mayor.
Otra cosa por higiene es secarse la chorra con papel higiénico luego de mear, no solo sacudirlo. Esto fue recomendación de una ex novia alemana.