Desde el resultado que Podemos ha conseguido en las elecciones europeas del 25 de mayo he podido escuchar en varias ocasiones entre conocidos, y en diferentes medios, que «las ideas de estos chicos son utópicas«, en mayor o en menor medida con cierta ignorancia o una clara intencionalidad intentan argumentar que todo lo que proponen es, sencillamente imposible.
Cuando uno tiene un problema dicen que el primer paso es reconocerlo, y es difícil reconocer que somos egoístas, que vivimos una vida que no nos satisface y que la mayoría andamos perdidos, cuando no desesperados, en tensión o vigilantes, desconfiando de todos los que tenemos al lado y esto no es sano. Podemos fingir que no nos importan las miserias de los demás, pero sabemos en el fondo que algún día también nos puede tocar, y eso provoca miedo, miedo al cambio y a lo nuevo, a perder lo que sabemos que no nos corresponde a renunciar a tanta basura que pensamos que nos hace felices.
Pero Utópico es pensar que este planeta puede aguantar toda la mierda que le echemos, que podemos llenar un planeta finito de infinitos centros comerciales, IKEAS y toda clase de supermercados con estanterías kilométricas. Utópico es pensar que todos los que están muriendo de hambre en la mayor parte del planeta no van a venir donde tiramos la comida por kilos, o que unas valla y unos uniformados los van a parar mientras que el dinero o cualquier otro tipo de mercancía no tiene mayor problema para cruzar una frontera. Utópico es pensar que la gente decente y trabajadora va a dejarse robar e intimidar por unos cuantos ignorantes y aprovechados que solo buscan su beneficio sin importar las consecuencias.
Cuando un niño hace algo peligroso intentas explicárselo y prevenirlo para que no lo siga haciendo, si no te hace caso, tendrás que hacer uso de la fuerza y obligarle por su bien, ya que está aprendiendo y es responsabilidad de los padres que sobreviva. Cuando los encargados de velar por los intereses generales y por el planeta han perdido el norte o sirven directamente a otros intereses que no son los de la mayoría y son peligrosos para los demás, es deber de los que tienen la fuerza, ejercerla, por el bien de tod@s.
Genial el artículo, tienes toda la razón del mundo.